de verano en un aguaducho de la Castellana, esbozó la siguiente caricatura: Chú parecía una muchacha monilla, y digo parecía porque sus grandes gafas no dejaban ver más que la mitad de su cara. La otra mitad a veces se cubría también por una melena lacia de pelo revuelto. Polito era un muchacho bien vestido pero llevaba unos cuellos extremadamente altos. Chú y Polito estaban enzarzados en una conversación salpicada por el humo de los rubios (así llamaba él a los cigarrillos que