delicada inclinación que la Venus que surgía del mar verdoso. Pero he dicho que tu perfil no era muy preciso, Francesca, porque al principio sólo veía la negra, lisa y larga cabellera levemente inclinada --como la cabeza-- para cubrir casi completamente tu rostro. Un rostro que además, por sus ojos almendrados y por sus labios ligeramente carnosos, se asemejaba a la Gracia de la blanca túnica. »Hubo un momento en que, de forma totalmente inconsciente, sin saber