Texto contextualizado: |
el agua. Por eso es lógico que fuésemos muy celosos de la intimidad y de la intensidad intelectual de los encuentros en tu casa. Las noches transcurrían dulcemente, en grata conversación, y no nos amedrentaban las espesas nieblas que afuera cubrían la ciudad. Si la noche era suave y los temas de conversación decaían, solíamos acercarnos en grupo a alguna librería, todavía abierta a aquellas horas, de la Galería. Si los ánimos estaban mejor dispuestos acabábamos en algún café del |
CAR:081.23 |