, ropas oscuras y gesto de reina destronada, sobre todo si era madre de hijo único. El culto a la madre y a su sistema de valores era una exigencia sentimental a la que numerosos varones de pocos arrestos fueron incapaces de escapar en toda su vida. La noción de la madre como jerarquía superior y ejemplar estaba totalmente vigente en una época donde de hecho la guerra había diezmado cruelmente el número de maridos y eran muchos los hogares donde la mujer había tenido que hacer