lanosla y representandosela de modo inevitable al volver y volver una vez y otra vez más sobre lo acontecido, sobre lo ya escrito, tiene sentido la conmemoración. Sólo el devoto de leyendas que no acata lo acontecido por acontecido guarda la libertad de ponerse del lado de este o del otro combatiente, al margen del resultado final de la batalla, como quien escuchando cualquier cuento pone su voluntad por el que llama "el bueno", que para él