obstante, poco a poco, surgió la resistencia polaca. Se formó un gobierno en el exilio, primero establecido en París y, a la caída de Francia, en Londres. Pero la ocupación rusa de una parte de Polonia colocó en una situación equívoca al gobierno británico. Por una parte, había prometido su ayuda a Polonia, que era su aliada; por la otra, no quería malquistarse con Rusia. El ministro de Negocios Extranjeros, lord Halifax, se lavó