en guerra ideológica y en cruzada religiosa. Así ha cumplido la némesis de todas las revoluciones y ha sido fiel a la tradición chiita de guerra santa contra sus hermanos sunitas. En 1980, en la primera versión de este ensayo, escribí: «El chiismo es beligerante y del mismo modo que ha provocado la repulsa violenta de las minorías étnicas y religiosas de Irán, tenderá fatalmente a enfrentarse con los otros países musulmanes de la región. Para el clero chiita, como