que estaría encantado de que fueran y miró al niño, que parecía no haber escuchado a su madre. El curso siguiente lo haría en Londres, en un internado muy bonito de niños con uniforme, ya le había conseguido plaza. Aprendería inglés, conocería gente nueva, sitios distintos, y podrían verse con frecuencia, porque ella pasaba varios meses al año en Inglaterra. Seguro que iba a disfrutar, ¡y mucho!, ella le enseñaría cómo hacia los reportajes.