esporádicas espantadas, si bien era apostar por una carta imprevisible, significaba hacer progresos en el meritorio camino de la sumisión a una voluntad más fuerte que la propia. Y además las «marchas atrás» del hombre indeciso también podían tomarse como signo deinterés,setratabadeaprenderainterpretarcorrectamentelos arbitrarios altibajos de aquella línea quebrada. Si no representases para él más que una amiga, te trataría siempre lo mismo. Por el contrario tiene cambios bruscos. Tan pronto