le la razón. David observó que hasta se había vestido de un modo apropiado para aquel encuentro, más de viejo, de usado, de no importarle. Él, sin embargo, pensando en el teatro, se había puesto una camisa nueva y hasta corbata, aunqueluegoobservóqueJuliánnollevabanada especial; como siempre, un jersey maravilloso, no se sabe de dónde los sacaba, y zapatos de suela gruesa y un pantalón de tejido áspero, pero con aspecto de muy