tiempos. David se colocó de perfil y trató de observarse volviendo los ojos hasta el límite. Si, la nariz era más larga, más afilada, pero se mantenía recta y perfecta, no se había alterado su proporción enelconjuntodelosrasgos.Sindejardeobservarse, se tocó la barbilla y comprobó que allí seguían, un poco más largos que ayer, un poco más tiesos, los tímidos brotes de la primera barba. Ya iba siendo