mi vida ¡quién me manda enfermar y no salir a la calle durante tantos días! A mi regreso busqué las casas sucias y negras que observabas con detenimiento, me metí al pequeño patio húmedo y también negro y miré las ventanas iluminadas; hice un apunte,detiheaprendidoatomarnotas,aexpresarme en vez de rumiar en secreto, a moverme, a dibujar todos los días, a hacer, a decir en vez de meditar, a no disimular la conmoción y me siento fuerte por esta abundancia