- ((Aterrorizado.)) ¡No! ¿Por dónde crees que han podido entrar? Maldita Pippon, ¿por qué no lo has cerrado todo bien? PIPPON.- La fatalidad. Es la fatalidad, señor. Perdonadme. Es tarde ya. Ahí detrás están, espiando, acechando... ELIN.- Lo imposible puede ser verdad. Ahora todo tiene otro sentido para mí, porque es otra la realidad. Sí, son dos locos, dos fieras