amigo mío, y no había manera de quitármelo de encima. A mí me daba vergüenza ir con él. Era impresentable. Hasta en Malasaña se volvían a mirarle, pobre mierda de tío... Pero también resultaba cómodo. Le mandaba por tabaco, le tenía de recadero con las chicas, le tenía de lo que fuera y él, feliz... Bueno, «feliz» es una palabra que yo creo que ni conocía. Era una de esas gentes que
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MANDARII.1 - Enviar. Hacer que [algo o alguien] vaya a cierto sitio