le la primera es perder a la segunda y viceversa. Hay que ayudar a los centroamericanos a ganar la doble batalla: la de la democracia y la de la independencia. Tal vez no resulte impertinente reproducir la conclusión del artículo a que aludí más arriba: «La 4. Escribí estas líneas dos días después de las elecciones en El Salvador. La situación posterior, por desgracia, ha confirmado mis temores.