quién le dice que no quieran pagarme. Soy astuto: los voy a embromar. Antes de fin de semana recibirá, mediante un solo golpe de teléfono, nombre y dirección del escribano y el del pseudobeneficiario, que será --agregó, con una risita seca-- beneficiaria. La casualidad, que nos empeñamos en excluir de la historia del mundo y que está, como Dios, en todas partes, quiso que su gira de visitas incluyera el club Regatas de Avellaneda,