sobre la indumentaria. La verdad es que si alguna cumplidora del Servicio Social tendía a darle importancia a la belleza de su cuerpo o a complacerse en su gracia y armonía físicas, la vigilancia constante sobre la indumentaria a que alude el texto reseñado alcanzaba cotas tan antiestéticas como para apagar cualquier conato de narcisismo. El uniforme reglamentario para aquellos ejercicios mediante los cuales la mujer del nuevo Estado se capacitaba para cumplir sus especiales funciones creativas 11 era tan incómodo y tan feo que