y demasiado poco a la creatividad. En efecto, para Chomsky --como para Sócrates y algún otro filósofo racionalista-- la experiencia no haría sino hacer aflorar, gatillar o afilar lo que traemos al nacer: el animal humano sólo podría aprender a perfeccionar los detalles de lo que ya está «representado» en su genomo. Skinner había estudiado el aprendizaje pero, por ser un empirista radical, negó que necesitásemos una teoría del aprendizaje. Chomsky, a quien le interesa primariamente la