¿leía o escuchaba la conversación de los demás?- y se retiraba la primera a dormir. Luego solían seguirla sus padres y algún otro residente. La última charla del día la desarrollaban las cuatro personas a las que hemos aludido, unidas por sus deseos de soledad, de paso siempre entre un país del que se sentían fugitivos y otro hacia el que no se decidían a dirigirse. También estas charlas habían sacado a Jano de su obsesivo aislamiento. Obligadamente,