con aquella luz última para encontrarte por los alrededores. Pero no sabía hacia cuál de los puntos cardinales dirigirme. No sé por qué --tampoco me lo perdonaré-- no te llamé a gritos. No sabía si habías echado a andar hacia arriba --hacia la montaña-- o hacia abajo, en dirección al lago. No sabía si caminabas entre los matorrales de la huerta o en medio del bosque. No te llamé, pero te busqué ávidamente, de aquí para allá