manos el pecho, el sexo, los muslos... «Gracias, Rusca, buena chica; gracias, Madonna, tendrás tu cirio», murmura... Sin embargo, ahora que la vida le brinda el gran triunfo, él no alarga demasiado la mano para cogerlo... No se comprende a sí mismo. -¿Quién entiende a tu padre? --comenta mientras tanto Andrea en el cuarto de estar, casi indignada por el silencio del viejo--. ¿ Recuerdas su