voy. Los primos venían a verle una o dos tardes por semana. La abuela sacaba de un cajón el Palé y los Juegos Reunidos, los colocaba sobre un tablero encima de la cama y se iba a la cocina a preparar los pastelitos de nata. En ausencia de personas mayores Germán resultó ser más travieso de lo que parecía y, siempre que jugaban al Palé, le robaba calles y billetes a Agus o aprovechaba sus momentos de distracción para meter su ficha en