le engendra nos desviaran de nuestro camino. De modo que me hice el sueco moral y le dije a la Emilia que se pusiera al habla con su amigo de Tráfico por ver si podíamos averiguar algo del coche negro en el que había escapado a nuestro seguimiento la mal llamada fregona. El funcionario en cuestión se mostró reticente en un principio, bien por estar pasando una crisis de conciencia, bien temeroso del rigor con que las nuevas autoridades municipales abordaban su gestión, bien por