modo --pensó Julián-- eso también es cierto.» David tenía a veces una tendencia a no distinguir lo bueno de lo malo. Se cegaba con todos los brillos, revoloteaba en torno a todos los fanales sin detenerse a observar la luz encerrada... --La calidad. Tardó mucho en distinguir la calidad... --decía Genoveva. «De acuerdo», se dijo Julián. Pero seguía sin pronunciar palabra. Dejaba que Genoveva explicase su teoría sobre aquel David joven