era lo que decía David: Mi madre era dura, pero cuando mi padre me atacaba ella me defendía... «Maria, ven. Dale a tu padre sólo una copa más.» David lo hubiera dicho, lo hubiera gritado desde su sillón, el mismo que él ahora ocupaba... --¿Te pasa algo? --preguntó Genoveva. Encendió la luz, y la penumbra en que se habían ido deslizando se convirtió de pronto en una claridad hiriente. Julián cerró