, hemos decidido pasar a la acción.» Pero, tras dar un paseíto al baño a acariciarse los cañones de la barba ante el espejo, apretarse una espinilla en la aleta de la nariz, limarse las uñas y descargar la vejiga en el lavabo, volverá a la leonera en donde redacta sus cartas obscenas y extravagancias científicas y provocará con aleve, despiadada sonrisa la inicial y monstruosa «Hecatombe» sustituyendo la grafía normal de los anuncios y rótulos de su barrio