cruza de brazos con una encantadora expresión de despecho y de cólera. El instante es sublime y quisieras prolongar indefinidamente tu éxtasis, flotar en un estado perpetuo de arrobo y felicidad. Sus botines están al alcance de tus labios y los cubres de besos. Aunque le suplicas, admites tus faltas, sufres sus desaires, prometes enmendarte, bendices sus desdenes, entonas un mea culpa y te vuelves alfombra, tu sometimiento aviva todavía su fastidio e irritación. Su figura se muestra cada
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CUBRIR.4 - (Fig.) Prodigiar u ofrecer de forma insistente muestras de afecto y desafecto.