Al final, ya cuesta abajo, empezó a beber y tuve que cuidarle meses y años y, ¡ fijate qué raro!, cuando ya no se podía valer me consolaba cuidarle... Inexplicable, pero así era: aprendí mucho con aquello. Ahora tampoco lo comprendo, pero siento que es natural... ¿ Qué te hubiera podido enseñar aquella niña ignorante ? «Aquélla no, pero ahora tú sí y ya lo haces», piensa el viejo. «Contándome