lo que tienen», decía la madre... «Los obreros quisieron matar a mi padre --le había contado Poli en las tardes somnolientas de domingo, cuando se reunían a jugar en su casa--. Pero no pudieron porque se escapó a tiempo. Fue cuando la guerra...» --Mira, hijo, todos habláis de los obreros, pero yo creo que ellos no creen en vosotros. No os toman en serio... No irían con vosotros ni a la vuelta de