y al hotel. Desde Holanda me escribíste una vez, y se notaba que de verdad estabas allí. Contigo oí el carillón de la catedral tocando la canción del duque español, que tanto asusta a los niños holandeses. Pude aspirar contigo el frío aliento del mar del Norte, y hundirme contigo en la niebla de Scheveningen. Cuando te ataco, me hago trampas. Empiezo irónica, pero al final zozobro en la añoranza. Estoy cansada. Pronto cumpliré treinta años
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ASPIRARI - Inspirar. Introducir aire en los pulmones