abandonado para siempre sus fieles enfermos. No, no lo habían abandonado. El lunes, desde las dos de la tarde, fueron llegando los que estaban el día del muerto, más algunos otros. Durante una semana y media Abreu trabajó bien, con el consultorio repleto, o poco menos. El miércoles de la segunda semana un enfermo, por demás delgado, inexplicablemente se le murió. Esta vez la gente se retiró para no volver. Tras una rápida reflexión se dijo
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TRABAJAR.1 - Realizar una actividad que requiere esfuerzo