toca a los ojos del viejo iluminarse: ¡es tan raro encontrar jóvenes interesados por la guerra! No quieren oír hablar de ella, pero ¿qué sería de esos desgraciados si los viejos de ahora no hubiesen luchado? ¡Trabajarían como esclavos para los alemanes! -¿Dónde luchó, dónde? -pregunta Simonetta. -¿Dónde había de ser? ¡En la Sila, en mis montañas! Allí no podía cazarnos nadie, en la Grande y la