llevadme, que estoy en tierra ajena: no tengo a nadie. PALOMA.- (Sale y toca nerviosamente el pito.) Pero ¿esto qué es: un campo de fútbol? (Toca el pito otra vez. Tira dentro de su cuarto algo que todavía lleva en la mano.) Qué desvergüenza. Un poco más y os lleváis el local. Ya no se puede confiar en nadie, ¡bandoleras! (Asoman las otras la cabeza por sus respectivos