Sociales. Laura nunca había vuelto a desayunar en la cama; es más: la charola yacía arrumbada en el cuarto de los trabajos. Sólo le sirvió a Gloria cuando le dio escarlatina y la cochina mocosa siempre se las arregló para tirar su contenido sobre la sábana. Ahora, al bajar la escalera circular, también joligudense --miel sobre hojuelas-- de Silvia, recordaba sus bajadas y subidas por otra, llevandole la charola a Gloria, pesada por toda aquella loza de