de él como instrumento de consolidación y estabilización política, dejandolo desbordarse por el cauce más barato, donde podría, sin embargo, atraerse un poderoso elemento sugestivo: la resonancia folclórica de una solución regionalista del designio descentralizador. Apartada de las sedicentes unidades histórico-folclóricas, la descentralización habría carecido de toda fuerza sugestiva al ofrecer la fisonomía abstracta y extrapersonal de un cambio de las reglas que organizan el medio y lo definen; coordinada, en cambio, a las divisorias