bien. Y yo trabajo bien porque he leído. BEPPO.- ¿De veras? ANTONIO.- Creeme, Beppo, en Florencia los boticarios que no sepan leer ya pueden dejar su oficio. Y tú, si no aprendes, te tendrás que volver al campo, con tu padre. BEPPO.- No, eso sí que no. ANTONIO.- Claro. Florencia es más bonita. BEPPO.- El campo es para los viejos. Aquí las cosas