seloDe la infancia a la madurez en veinte minutos pasando por un quirófano donde un cirujano muy católico, por cincuenta mil pesetas, me hizo un raspado sin anestesia para que me doliera y no lo volviera a hacer! ¡Pues se equivocó! ¡Lo he olvidado! RAMON.- ¡Chist!... Por favor... ADELA.- Ahora hay unas píldoras mágicas y lady Rowena puede desquitarse sin problemas. RAMON.- Desquitarse... Eso suena a rencor. ADELA