el modo de deslizarse bajo ellas hasta que el cuerpo se perdía en el descanso soñado y la fatiga iba apagandose lentamente. ¿Qué era aquella luz, a derecha e izquierda? ¿La sala? ¿El dormitorio? Observaba el resplandor sin curiosidad, poco dispuesto a moverse. Además, si equivocaba la dirección encontraría el cadáver, en realidad era un elemento disonante en el interior de su casa y no le había causado más que disgustos. Probó a poner