estrecha, en sentido único, que necia e inexorablemente le empuja desde atrás. Cuando baja a la estación de Bonne Nouvelle y toma por ejemplo la línea de Balard, se acomoda, si hay sitio, junto a la ventana y observa, arrobado, el paisaje del túnel. Con seriedad y aplomo increíbles, sostiene que es el más ameno, variado y romántico de toda la parte norte de Francia. A la lista de las actividades ya mencionadas, nos permitiremos añadir otra