de fuerza. Los rusos no conocen esos cambios ni son víctimas de esas ilusiones; su política ha sido la misma desde 1920 y las modificaciones que ha experimentado han sido no de fondo ni dirección sino de orden táctico transitorio. Castoriadis observa con penetración: los rusos no quieren la guerra pero tampoco quieren la paz --quieren la victoria. La política rusa es congruente, perseverante, dúctil e inflexible; además, combina dos elementos que aparecen en la creación de los grandes imperios