, y de nuevo aplicó el oído. Debió admitir que a veces lo inaudito ocurre: el corazón no latía. Tan perturbado estaba que sin comprender la trascendencia de sus actos, marcó en el teléfono un número y ordenó que le mandaran inmediatamente una ambulancia. Entonces advirtió el error, pero se consoló pensando que por menos había reprimido un primer impulso de asomarse a la sala de espera y gritar: «¡Un médico! ¡Un médico! ¿No hay un
HIS:128.35
MANDARII.1 - Enviar. Hacer que [algo o alguien] vaya a cierto sitio