LLAMAR-I1a
| Después de morir Santiago, corrí enloquecida hacia el jardín, como si una poderosa voluntad me llamara desde allí. Mi único deseo era irme con mi hermano, y sabía | [SUR:110.29] | +info |
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| del habla, la única que lo hacía a golpes era la muñeca rubia y los niños empezaron a llamarla a gritos; querían ver cómo se liaba a sopapos con el primero que se | [DIE:049.25] | +info |
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| no sabe usted que uno siempre regresa a lo mismo, a lo de antes? ¿No sabe que uno siempre llama a su mamá a la hora de la muerte? ¿No sabe usted que los círculos se | [DIE:166.27] | +info |
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| sus libros. Caían los primeros goterones sobre el alféizar de la ventana cuando la madre le llamó para cenar. --Buenas noches, hijo --dijo el padre, con su voz | [JOV:096.33] | +info |
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| siglo. El alcohol y el sueño profundo habían dilatado la dimensión del tiempo. Marescu seguía llamandole insistentemente y Jano tuvo al fin que romper su silencio y su pereza para responderle | [CAR:121.16] | +info |
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| se configura y representa en forma de interior? El movimiento hacia la santidad parece haber tenido siempre un aspecto de salida; el llamado por el espíritu responde siempre poniendose en camino, pero no hay determinación | [RAT:279.26] | +info |
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| Usted no tiene derecho a hablar, porque hasta para conquistar Sevilla tuvo Fernando el Santo que llamar a Ramón de Bonifaz, el almirante vasco. ROCIO.- Sevilla no necesitaba que la conquistara | [HOT:056.09] | +info |
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| (Mastica silenciosamente las hierbas. Loristo, que se ha quedado solo en la ventana, llama en voz baja a Burrote.) LORISTO.- ¡ | [1IN:043.19] | +info |
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| ! LEONCIO.- (Desperezándose.) ¿A quién pertenece la maravillosa voz que me llama? GATINA.- ¡Oh, fiero Leoncio, mía es esa voz! | [1IN:047.17] | +info |
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| tu bien, no te muevas de donde estás. (El Coca hace mutis. Maristel llama de nuevo con la voz apagada por la mordaza.) | [1IN:063.30] | +info |
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| , y tengo más fuerza que todo un ciclón. (El Coca, haciendo aspavientos, llama a lo lejos, convocando a la tormenta de nieve.) | [1IN:068.19] | +info |
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| y luego nos pone lo que... en un cuento de Ibáñez Serrador, que había una señora... que decía... llamaba a su marido de... repente y le decía: --¡oye! ¡mira!, que vengas, que | [MAD:059.12] | +info |
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| así cubierto, y, entraban los coches por un lado y salían por el otro. Entraba el coche, había unos ujieres, que llamaban.: «¡Señores de tal!», y los señores salían, se subían al coche y | [MAD:257.10] | +info |