procura dominar su nerviosismo y su visible y rencorosa satisfacción. Aparentemente tranquila, Matilde se ha sentado en el brazo de un sillón y enciende un cigarrillo. La que parece más emocionada es Julia.) JULIA.- ¡Cierra eso! ¡No quiero oírlo! (Javierobedeceeinterrumpelacomunicación.) ¡No quiero saber nada! GABRIELA.- Como siempre. Nosotros casi nunca queremos saber nada. (Hemos empezado a oír, muy a lo lejos