cual, sean cuales fueren los deseos de Umbral -que en esto no me meto-, no deja de ser un amargo sarcasmo que da fiel expresión a la denigrante situación de la familia. Con no menor justeza y más clara actitud, enELPAISdel22deoctubre,escribeCueto:"Ynadahaymásalentador para el fanático que contemplar el siempre excepcional espectáculo del consenso clamoroso. Esa es, con exactitud, la razón de su criminal sinrazón". En este mismo sentido, sólo me resta comentar, a propósito de