cañones que nos íbamos a dar. Después me dijo que él también tenía abuelos italianos y le pregunté cuál era su apellido. -Mi apellido a lo mejor le suena -contestó-; me llamo Maquiavelo. -¡Caramba!Esoseavisa.Porahípodíaustedhaberempezado. Gibraltar es como el sueño de un artillero enloquecido, un sueño que es delirio o pesadilla para cualquier humano normal. El propio desarrollo de la artillería -que, naturalmente, mejoraba también la capacidad agresiva