el corazón porque ya ni te queda. EMILIA.- También esas arrugas son inevitables, hija. Y hay que aprender a convivir con ellas. ADELA.- Te detestas, pero no puedes escapar. EMILIA.- Siempre se puede. Tu próxima sorpresa será quetambiénpuedesescapardelaamargura. ADELA.- Fíjate en este grupo: un matrimonio joven aún y sus cuatro hijos. No teníamos idea de cómo seríamos veinticinco años después. EMILIA.-