, la conduce hacia el pasillo.) ¡No me hagas llorar!... (Salen los dos. Apenas quedaba ya luz en la habitación, ahora oscura del todo. La DAMA apareció por la derecha del primer término, ya sin sumagnetófono,ycruzahacialaizquierdaobservandoa DIONISIO.) DAMA.- (Mientras lo ve salir.) En aquellas calles, tan diferentes de las de ahora en mi recuerdo, el Patachula y los «Profesores»