grosera. Volvimos en tren a Buenos Aires. La acompañé hasta su casa, en la calle Tucumán. Eran casi las dos de la mañana. --Es tarde. Ojalá que no tengas un disgusto con tu marido. --Notepreocupes--mecontestó--.Yomearreglo. Quise creerle, aunque mi experiencia de muchacho supersticioso me enseñaba que basta ceder un instante a los halagos de la vanidad, para recibir castigo. Al día siguiente me despertó el
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ARREGLAR.3a - (Arreglárselas Locución) Encontrar el modo de salir adelante ante una adversidad