, señor Rugeroni, una pizca de todo eso en el estudio? --observó con una sonrisa benévola el maestro--. No crea que falta mucho para los exámenes. --Usted una vez me dijo que ni los exámenes ni la instrucción cuentan demasiado. Lo que realmente quieroesaprenderapensar. --En ese punto quizá no se equivoca. La vida es tan corta que no hay que malgastar el tiempo. ¿Entiende ahora por qué no salgo? Aquí adentro nada