para el estudio, en la formación moral de las residentes, con vistas a su posterior actuación en la vida familiar; y solían contar con un asesor religioso. Con ocasión del nombramiento para tal cargo, en uno de estos centrosmadrileños,delpadreFélixGarcíaVielba,seescribió: Arraigada tradición española ha sido considerar las residencias de estudiantes como centros de formación moral y religiosa. El espíritu del Movimiento tiende a restaurar esa concepción, devolviendo a aquellos valores su puesto